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Discurso Javier Miranda 47 aniversario de nuestro 1er acto público


A continuación, compartimos el discurso del compañero presidente de nuestra fuerza política, Javier Miranda, en la celebración del 47 aniversario de nuestro primer acto público, llevado a cabo el 5 de abril del 2018 en la plaza Liber Seregni de Montevideo.

«Hace 47 años, el 26 de marzo de 1971, por primera vez una nueva fuerza política convocó a la ciudadanía y fue un enorme encuentro de pueblo. “Nunca nuestro país presenció un acto como éste. Jamás hubo un acto político de esta envergadura”, dijo Seregni al comienzo de su discurso. En un momento crítico para el país, esa unidad de personas que venían de distintas procedencias y construyeron un programa común, significó una esperanza; esperanza que sigue hoy vigente.

Decía Seregni en 1971: “Sabemos que el Frente Amplio abre una etapa histórica en la vida de nuestra sociedad. Porque el Frente Amplio no es una ocurrencia de dirigentes políticos; el Frente Amplio es una necesidad popular y colectiva del Uruguay. Es un hecho colectivo, con razones colectivas, porque las resoluciones individuales de todos nosotros, tienen causas sociales y tienen metas sociales, porque tienen que ver con el destino entero de la sociedad uruguaya”.

“Nunca se abrió un cauce tan ancho para la unidad popular como en estos momentos”, decía Seregni. “Nunca, salvo con Artigas. Por eso el Frente Amplio es el legítimo heredero de la tradición artiguista y toma sus banderas y su ideario.”

En esa misma senda, hoy también evocamos aquí el Congreso de Abril de 1813, inaugurado por Artigas un 5 de abril, ante una Banda Oriental libre. Afirma entonces el Protector de los Pueblos Libres, aquel principio fundacional de que “mi autoridad emana de vosotros y ella cesa por vuestra presencia soberana. Vosotros estáis en el pleno goce de vuestros derechos”.

Somos parte de esa historia, compañeras. En ella, orgullosos, nos apoyamos para enfrentar los desafíos del presente y de lo que vendrá. Somos constructores de ese porvenir.

PERCIBIMOS UN DESCREIMIENTO EN LA POLÍTICA. REIVINDICAMOS LA POLÍTICA.

Después de 13 años de gobiernos nacionales frenteamplistas, estamos en un momento complejo en el plano de las subjetividades.

Hicimos posibles grandes avances sociales y económicos que vale la pena recordar y reivindicar.

Descenso de la pobreza y la indigencia, aumento y formalización del empleo, del salario real, del salario mínimo, de las jubilaciones, de la salud y la protección social.

Hemos trabajado para el crecimiento económico y la redistribución social de la riqueza. Lo hemos logrado en los períodos de bonanza y también en las crisis, como la del 2008, cuando se desplomaron los grandes centros capitalistas y arrastraron a nuestros vecinos.

Hemos llevado adelante una agenda de derechos, como el matrimonio igualitario, la ley de salud sexual y reproductiva, la legalización del aborto, la regulación del cannabis. Hemos combatido la desigualdad a través del Plan de Emergencia, del Plan de Equidad, del Plan Ceibal, de Uruguay Crece Contigo, el Sistema Nacional Integrado de Salud, el Sistema de Cuidados.

No sólo la desigualdad económica sino, también, la desigualdad de oportunidades y de resultados.

Hemos llevado adelante avances sustanciales en igualdad de género, tanto en aspectos normativos, como en el más duro de la cultura. A eso apunta el Sistema Nacional de Cuidados. La vida de las mujeres destinadas a cuidar a sus viejos, a personas con discapacidad, a sus hijos, con su trabajo no remunerado, está en el horizonte de los cambios sociales.

Son avances extraordinarios si los comparamos con la región o con la situación de la que venimos.

Sin embargo, somos conscientes de que falta mucho, que sigue habiendo fracturas sociales, desigualdades por razones de clase, de género, de etnia, de edad, de lugar de residencia; que sigue habiendo la peor manifestación de la desigualdad de género y generaciones: la violencia en el ámbito familiar.

No nos resignamos a la pobreza y las desigualdades que continúan, a los asesinatos de mujeres, a la vulnerabilidad de nuestros niños o la soledad de nuestros viejos, a los suicidios y los accidentes fatales. Queremos erradicarlas. Para eso convocamos al pueblo uruguayo.

No hay mejor manera de defender lo logrado que luchar por la profundización de los cambios y construir soportes sólidos en lo cultural. Pero debemos ir a más, a proponer un salto cualitativo en el efectivo goce de todos los derechos fundamentales de todos los habitantes de la República.

Sabemos que para eso necesitamos del Gobierno, en sus tres niveles, nacional, departamental y municipal. Para eso procuramos el poder político. Pero sabemos, también, que no alcanza con lo que se puede hacer desde el gobierno. (Es necesario, pero no suficiente). Sin entramado social activo, sin organizaciones sociales comprometidas con los cambios generales, sin jóvenes activos, que nos incomoden, que nos desafíen; sin valores ideológicos y culturales que nos impulsen y nos integren como sociedad, no hay cambios duraderos. Necesitamos más política, más acción, con y desde la gente. Necesitamos ser más atrevidos, más osados, en la lucha por la igualdad en derechos de todas y todos. Como ha sido la historia de este Frente Amplio.

Percibimos las dudas y el malestar en algunos sectores de la población. Nos duelen las manifestaciones de desconfianza en la política, en el sistema político. Es éste uno de los mayores desafíos de las democracias contemporáneas en todo el mundo, y también en Uruguay. Escuchamos y dialogamos.

Pero no queremos meter en la misma bolsa a aquellos que quieren volver atrás para enriquecerse todavía más a costa de los demás, y equipararlos con los que reclaman más derechos, más salud, más educación y vivienda, mejores salarios y jubilaciones, más igualdad de género y generaciones, menos violencia en los vínculos, mayores cuidados del ambiente. Nacimos para expresar esos sueños y lo queremos seguir haciendo.

Para el Frente Amplio, la política es la acción colectiva para promover transformaciones hacia más libertad y más justicia. Tenemos un programa de cambios profundos que nos compromete: a nuestro Gobierno Nacional, a nuestros Gobiernos Departamentales y Municipales y, en primer lugar, a nuestra fuerza política. Los cambios se luchan y se construyen, no se espera a lo que hagan los demás. Cada una de nosotras, cada uno de nosotros, tiene un papel que cumplir. La acción política, con la gente, sobre los problemas que aún siguen existiendo, es nuestra razón de ser.

  • Por eso nos movilizamos en todo el país por una Segunda Generación de transformaciones en Salud, que profundice el Sistema Nacional Integrado de Salud. Contra muchos pronósticos, este Frente Amplio, en un mes y medio, realizó decenas de asambleas en todo el país, donde defendimos lo alcanzado y elaboramos propuestas para seguir avanzando. Escuchamos, debatimos, propusimos, reconocimos los aportes de las fuerzas sociales, sumamos fuerzas para seguir cambiando.
  • Mientras, la oposición no habla de la salud de la gente, sino que se dedica a tratar de desprestigiar a ASSE y al SNIS. No queremos volver a tener salud pobre para los pobres y salud rica para los ricos. Trabajamos y defenderemos la igualdad.
  • Por eso queremos promover el compromiso de toda la sociedad con la educación de nuestros niños y jóvenes. Con los docentes y las instituciones educativas, sí, pero también con las familias, las comunidades y los estudiantes como protagonistas. Defendiendo los avances, pero involucrados con los pendientes. Ese es nuestro desafío.
  • Por eso propusimos y estamos construyendo un Sistema Nacional de Cuidados, una respuesta integral a un grave problema de nuestra sociedad que afecta a la infancia, la vejez y la discapacidad, en el que las mujeres han visto postergadas históricamente la posibilidad de desarrollar un proyecto de vida propio.
  • Por eso asumimos el reto de terminar con las fracturas socioterritoriales que subsisten. No nos resignamos ante las enormes diferencias que hoy tenemos entre los que viven en el centro y los que viven en la periferia, entre los que viven en el sur y los que viven en el norte del país. Queremos un país donde todos y todas vivamos en igualdad. Hemos impulsado y defenderemos una integralidad de acciones que van desde la construcción del espacio público compartido e integrador, a la educación, a la salud, al empleo, a la vivienda, a la seguridad y a la cultura.
  • Por eso pensamos y trabajamos con firmeza en una seguridad y convivencia mejores. La profesionalización y la eficiencia de la policía juegan un rol importante, sin duda. El desafío es aún más amplio y nos involucra a todos, como sociedad y como comunidades. En los reclamos por la inseguridad hay “manijas” reaccionarias, operadores políticos que buscan la inestabilidad para su beneficio, que alientan el fantasma del miedo para capitalizar, espuriamente, el descontento. Sí que los hay. Pero hay hechos, como el niño baleado en Casavalle, o los femicidios, que nos golpean e interpelan a todos. Queremos una sociedad sin violencia.

Y se puede!

Con más y mejor información, con amplios debates en todo el país, con movilización política y social sobre todos estos temas. Esta es nuestra agenda. A ella convocamos y nos convocamos. Porque el camino de organización de la sociedad –no hay alternativa- es el de la política, el de la construcción política, democrática, de la sociedad.

ÉTICA, TRANSPARENCIA Y DEMOCRATIZACIÓN

Defendemos el diálogo en la sociedad y enfrentaremos los intentos de generar situaciones de violencia, como los atentados a Comités de Base en Paysandú, en Canelones y Montevideo. Al pueblo uruguayo le costó mucho reconquistar la institucionalidad democrática. No vamos a permitir que la violencia se instale como forma de hacer política, como forma de desestabilizar para recuperar el poder político. Que quede claro: no estoy acusando a los partidos políticos de la oposición de desestabilizadores; pretendo alertar sobre posibles desbordes que algunos nostálgicos o algunos irresponsables podrían promover.

No vamos a desfallecer frente a aquellos que promueven el descreimiento y la antipolítica. Defendemos la institucionalidad democrática, frente a las voces al uso que pregonan el “son todos iguales”, “que se vayan todos”. ¿Y entonces qué?

Ya en otros países de la región están levantando el discurso de «ellos y nosotros».

¿Qué proponen ellos?

Ellos son el retroceso en los derechos laborales y la desarticulación de las políticas sociales que vive hoy Brasil. Son el deterioro de la democracia brasileña. Y lo estamos viviendo en estas horas. No pararon frente a las instituciones y derrocaron a una presidenta democráticamente electa.

Usaron los medios y las instituciones como instrumentos para sumir a Brasil en la inestabilidad política. La lucha política del pueblo brasileño por la democracia. Ellos son el asesinato de Marielle Franco y los atentados contra Lula.

Aquí también quieren volver, al Uruguay de la desprotección social, de la desregulación laboral, de la devaluación. Quieren retornar a las políticas públicas débiles, que generan más ganancias para ese 1% más rico del país, que concentra el 26% de la riqueza neta total.

Ellos no son el cambio, no; son el volver atrás.

Hacen un discurso contra la intervención del Estado cuando participa activamente para corregir injusticias sociales arraigadas por muchas décadas, pero reclaman auxilios de ese mismo Estado cuando pasa cualquier fenómeno que los afecte. ¿No sería hora de que pensaran y propusieran también achicar sus márgenes de renta y no pretender socializar únicamente las pérdidas?

Hablan de la ineficiencia del Estado, pero ¿se acuerdan de aquella frase emblemática : “ellos hacen como que trabajan y yo hago como que les pago”. Los uruguayos no queremos más discursos cínicos. No queremos volver a atrás.

Sin duda que hay mucho por cambiar en el Estado uruguayo y también en la sociedad uruguaya. Problemas heredados muchos, otros propios de este capitalismo globalizado en el que vivimos y también errores propios en estos 13 años de gobiernos frenteamplistas.

Somos críticos y autocríticos; debemos serlo. Debemos ser humildes, escuchar, reflexionar. Y debemos corregir, claro que sí, nuestros errores y desviaciones.

Con todo, no podemos ser desmemoriados. No somos conformistas, pero sabemos lo que significa cada avance social alcanzado y resistiremos a los que quieran arrebatarlos. No aceptamos que vendan gato por liebre con discursos de anti política, que en el fondo sólo defienden la política de los poderosos.

Ética, transparencia democratización, son principios fundamentales para el Frente Amplio.

Recientemente, un ex alto jerarca del Banco República reconocía como natural y legítimo, el uso discrecional de fondos públicos para financiar a su partido. No estamos hablando sólo de desviaciones individuales, sino de un estado de cosas aceptado como normal.

Es ese el Uruguay que tuvimos durante décadas, donde para acceder a jubilaciones o a empleos públicos había que tener la tarjeta o la recomendación de un político blanco o colorado. ¿Se acuerdan cuando para acceder incluso a un teléfono se necesitaba una tarjeta de un político? ¿Nos hemos olvidado de eso? ¿En cuántas intendencias todavía siguen los mismos mecanismos?

La corrupción es parte de la cooptación de la política por el dinero.

No es un problema únicamente del Uruguay, sino del mundo. No alcanza sólo a gobernantes, sino que responsabiliza sustancialmente a los grandes capitales involucrados.

Como sucedió con las privatizaciones de las empresas públicas que tantas coimas generaron en toda América, cuando gobernaban los neoliberales que hoy quieren volver. Son corrupción los paraísos fiscales y los múltiples mecanismos para lavar dinero y evadir impuestos por parte de los poderosos.

Como Frente Amplio asumimos este tema como parte de las luchas por la democratización del Estado. Empujamos con decisión un conjunto de iniciativas, como la ley de financiación de partidos políticos, la publicidad electoral a través de la ley de medios, el fortalecimiento de los organismos de contralor. Hay que salir de este período con un conjunto de propuestas transformadoras, que generen reglas de juego claras para todos, en la institucionalidad, en los controles y también en la ética en la política.

No nos agrada el circo mediático, los linchamientos de ningún tipo, la manipulación de la opinión pública o la concentración de poder en los medios. Pero sí defendemos y promovemos el periodismo de investigación, la crítica y el debate público con argumentos.

Los Partidos tenemos responsabilidad, porque reivindicar la política significa transformarla / transparentarla / democratizarla, más allá del Estado y más cerca de la gente. También en la vida interna de los Partidos.

Llamamos a todos los partidos a trabajar juntos por estos cambios. En particular, instamos a los Partidos de la oposición a apoyar el proyecto de ley de financiación de los partidos políticos, que hoy tiene media sanción. Demos, el conjunto del sistema de partidos, una señal clara de transparencia, de ética, en la conducción política. Aquí hay un desafío concreto.

UN FRENTE AMPLIO PREOCUPADO Y MOVILIZADO

La situación es preocupante en la región y compleja en lo nacional. Necesitamos a los frenteamplistas preocupados y comprometidos, hablando más con la gente, recorriendo más, discutiendo y escuchando, sumando fuerzas en cada territorio, levantando las banderas y generando acciones sobre los problemas existentes.

Ya no sirve masticar malestares en casa. Hay que convertirlos en acción colectiva, en acción popular, en acción frenteamplista.

ANDEBU está con ellos. Nosotros no tenemos los grandes medios de comunicación. Nuestra fortaleza de comunicación está en la acción política, en el diálogo mano a mano con la gente. Necesitamos a nuestros militantes de a pie, pero también a nuestros dirigentes, a nuestros referentes, en cada rincón del país, dialogando con la gente.

POR UN PROGRAMA ELABORADO POR MILES

Estamos en pleno proceso de elaboración programática y tenemos un Congreso en diciembre.

Para el FA, elaborar un programa de gobierno no es un tema técnico, aunque tenga componentes de ese tipo. Para nosotros, elaborar un programa de gobierno es un proceso político donde escuchar, dialogar y debatir ampliamente; es la clave para producir propuestas innovadoras, que permitan ir a más en todos los órdenes de la vida del país.

Esa participación amplia y la decisión de mirar lejos, son dos elementos centrales de este desafío. El programa del Frente Amplio surgirá de la participación de miles y miles de personas en todo el país, con instancias abiertas para las cuales estamos invitando. Somos la única fuerza política que convoca a la gente a elaborar el Programa, a intercambiar y debatir ideas y proyectos.

Somos UNIDAD y ACCIÓN. Debate, síntesis y unidad. Así se construye. Así se transforma. Unidad crítica en el debate / y unidad de acción luego de adoptar democráticamente las resoluciones».

Hace 47 años esta gesta popular aparecía con toda su presencia de pueblo, con sus sueños y sus utopías. Mirando hacia atrás, nos emociona y nos llena de orgullo esa historia. Mirando hacia el futuro, reafirmamos hoy, / aquí, / un 5 de abril, con Artigas y con Seregni, que sigue valiendo la pena.

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