Saltar al contenido

Pensar en el trabajo


Pensar y ocuparse del mundo del trabajo es ineludible para un partido de izquierda, pensar en el trabajo es pensar en un derecho humano fundamental y en tantos otros derechos conectados. El trabajo estructura y organiza la vida de las personas, desde la rutina diaria a los proyectos de vida y crecimiento personal, nuestro trabajo habla de nosotros y por eso es importante darnos todo un mes para pensar en el trabajo.

En los últimos 13 años nuestro país procesó cambios importantísimos, transformaciones estructurales para garantizar derechos, desde que el Frente Amplio asumió el gobierno Nacional ha logrado batir records históricos en generación de empleo, aumento de salarios y pasividades y acceso a servicios de seguridad social.

El desempleo pasó del 15% en 2005 al 7,9% en 2017. El salario real creció un 55% entre 2005 y 2017, el salario mínimo aumentó 137% en el mismo período. Unas 5.000 personas se insertaron en mercado laboral mediante la Ley de Empleo Juvenil. En 12 años, 550.000 personas ingresaron en la seguridad social, hoy 1.500.000 uruguayos cotiza en el BPS.

Mientras tanto el mundo avanza una nueva revolución del mercado laboral y nuestro país no es ajeno. La economía y la producción en el mundo han cambiado. La evolución tecnológica, la globalización y las transformaciones sociales influyen directamente sobre el volumen de empleo y la naturaleza de oficios y profesiones.

Mientras algunos empleos parecen condenados a la desaparición otros puestos no encuentran trabajadores capacitados para cubrirse, surgen nuevas formas de trabajo y vínculo laboral, nuevos empleos y productos, un mercado laboral global que estimula migraciones y teletrabajo.

Los cambios tecnológicos están modificando la forma en que se producen los bienes y servicios. La automatización industrial y agrícola impacta en una disminución de empleos, sobre todo, los menos calificados, por otro lado el avance de la inteligencia artificial y la robótica produce nuevos empleos, diferentes a los anteriores y que requieren de mayor calificación. Esta situación nos enfrenta a un nuevo desafío

En este escenario, los sectores más conservadores vuelven a proponer acciones de “flexibilización laboral” para abordar estos cambios, en el mundo y en la región se han implementado reformas laborales que atentan seriamente contra los derechos ganados por los trabajadores.

En Uruguay esta situación no es nueva, vivimos un proceso similar de desregulación entre 1990 y 2005, cuando se combinaron un conjunto de políticas como el atraso cambiario que desestimulaba la producción nacional, la falta de convocatoria a los consejos de salarios, subcontrataciones, tercerizaciones, entre otros.

El resultado de estas políticas, fue un notorio aumento en el desempleo, la precariedad e informalidad laboral, situaciones que para el año 2000 afectaban al 60% de la población económicamente (Instituto Cuesta Duarte).

Contra esa tendencia, Uruguay asume con fuerza avanzar en la conquista de derechos. Uno de los logros más importante de los gobiernos del Frente Amplio fue la reinstalación de los consejos de salarios. Uruguay es el único país de América Latina en que los salarios los deciden juntos trabajadores, empresarios y gobierno, aspecto más que destacable si consideramos que el 95% de las mesas han alcanzado acuerdo.

En estos convulsionados momentos es momento de volver sobre la pregunta original, aquella que nos guía ¿Qué sociedad queremos construir? Definitivamente una donde el trabajo sea un derecho humano no un factor más en la ecuación capitalista. Para ello debemos considerar de qué manera nuestro aparato productivo crece y se diversifica, crece en valor agregado al tiempo que garantiza derechos a los trabajadores.

En estos años de gobierno frenteamplista, iniciamos este camino, Uruguay ha construido una infraestructura tecnológica y social para enfrentar los cambios, el acceso a internet generalizado, la capacitación y acceso a la tecnología que trae, entre otros, el plan ceibal, la restauración de los consejos de salarios, la negociación colectiva y múltiples regulaciones para garantizar los derechos de los trabajadores, pero hay que seguir construyendo

Los obreros del SXXI no son los mismos que los del SXX asegurar la capacitación de nuestros jóvenes, la construcción de proyectos de vida, generar herramientas para agregar valor a nuestra producción son algunos de los desafíos que enfrentamos en el diseño de nuestro proyecto político para los próximos años.

Compartí esta noticia
¡Enlace copiado!
Facebook WhatsApp Twitter