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¡Se puede! Histórico descenso de la pobreza


Durante 2017 los principales indicadores sociales: pobreza, indigencia y desigualdad, tuvieron una importante mejora, según datos divulgados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) el pasado viernes.

Con respecto a la pobreza, durante el año 2017 los hogares por debajo de la Línea de Pobreza se estiman en 5,2%, ubicándose un punto porcentual por debajo de la estimación del año anterior.

Cabe decir, si se consideran 1.000 hogares, 52 no tienen los ingresos suficientes para cubrir las necesidades básicas alimentarias y no alimentarias.

Si la medición se realiza teniendo en cuenta a las personas, vemos que la cifra de las personas por debajo de la línea de pobreza en el año 2017 se ubica en 7,9 por ciento, en el total del país; registro que se encuentra muy por debajo del 9,4% registrado en 2016.

Asimismo, la baja de los niveles de pobreza se dio acompañada de una caída de la indigencia. El indicador bajó de 0,2% en 2016 a 0,1% en el último año.

Esto implica que en la actualidad la proporción de hogares en situación de indigencia para el total del país se ubica para el año 2017 en 0,1%, es decir que cada 1.000 personas, 1 no supera el ingreso mínimo previsto para cubrir las necesidades alimentarias básicas.

Con respecto a la desigualdad, el Índice de Gini, que varía entre cero y uno, indicando mayor nivel de desigualdad cuanto más cercano a uno se encuentre, bajó de 0,383 a 0,38 en el último año, lo que implicó un segundo año de reducción consecutiva de la desigualdad.

Estos números demuestran el rumbo político que han transitado los tres gobiernos frenteamplistas, que han ido transformando la vida de los uruguayos. Ni las cifras de pobreza registradas en 2004 del 40%, ni las de hoy, que registran un 7,9%, son resultado de causas naturales, sino que responden a políticas económicas y sociales llevadas a cabo, dónde se prioriza a los más vulnerables.

Valorando lo logrado, debemos seguir trabajando en el perfil generacional de la pobreza, que sigue concentrándose en los hogares con niños.

Ese es el desafío que nos impulsa a redoblar los esfuerzos de justicia social y de seguir apostando a priorizar las políticas de desarrollo con equidad, haciendo el foco en los más excluidos. Se puede!

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