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¡Nunca más salud para pobres!


Antes de 2005, quien no podía pagar una mutualista accedía a una “salud para pobres” recordó el ministro de Salud Pública, Jorge Basso.

Los gobiernos frenteamplistas transformaron los servicios de salud que brinda el Estado. Aumentó la inversión por cada usuario, se incorporó tecnología de punta y se realizan tratamientos de avanzada, al mismo tiempo que varios hospitales se destacan por su buena gestión y por instalaciones de primer nivel.  

El aumento del presupuesto en la salud en los últimos 15 años ha sido sensiblemente superior al pasado. El ministro de Salud Pública recordó que antes de la reforma sanitaria de 2007, los recursos destinados a la salud representaban el 8,2% del producto interno bruto (PIB), mientras que en 2018 alcanzaron al 9,5% del PBI, cifra muy superior a la mínima que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS), del 6,5% del PBI, organismo que reconoce el avance de nuestro país en la materia.

Los datos comparativos de 2016 señalan un gasto público en salud en Uruguay del 6,6%, en Argentina del 5,6%, en Brasil del 3,9% y en Paraguay del 4,1%, detalló el jerarca.

Basso agregó que “se dio una transformación brutal” en ese aspecto, ya que, previo a la reforma, el aporte público era solo del 4% y el resto era privado, es decir, que la gente debía pagar de su bolsillo la cuota fija o los recursos que no daba el sistema.

“Tampoco se daba ningún medicamento de alto precio”, destacó. “Incorporamos el vademécum en el Plan Integral de Atención a la Salud (PIAS), con prestaciones obligatorias, más medicamento y procedimientos, con mayor accesibilidad”, repasó el ministro.

La Reforma de la Salud consistió en “crear un sistema integrado de salud público y privado”, puntualizó y sostuvo que la complementación es la que permite la eficiencia en la administración de los recursos.

Con la Ley de Urgencia y Emergencia se logró que cualquier habitante de Uruguay, sin importan el lugar donde esté, que necesite una atención inmediata, aunque no sea de emergencia porque no esté en riesgo su vida, la reciba de un prestador integrante del Sistema Nacional Integrado de Salud.

“Debemos mejorar la salud y ser celosos al administrar los dineros de la gente” “El desafío es gobernar con eficiencia”, sentenció.

Asimismo, el ministro se refirió a los logros de los tres últimos gobiernos vinculados a la mejora de la salud humana, en los que bajó la cifra de embarazo adolescente, disminuyeron las muertes materno-infantil, por cáncer y afecciones cardio y cerebrovasculares.

Basso hizo hincapié en los objetivos que están detrás de los logros de estas tres administraciones desde 2005, relacionados con mejorar la salud de la población y los indicadores, y destacó la construcción de un plan con objetivos y metas, con la identificación de 15 problemas críticos y la necesidad de trabajar sobre ellos, con especial foco en la primera infancia.

En ese contexto, la caída de la mortalidad infantil fue uno de los grandes logros, al haber alcanzado en la actualidad la tasa más baja de la historia, ubicada en 2018 en 6,6 por 1.000 nacidos vivos, la mitad del registro de 2004.

Para el jerarca ese resultado se explica no solo por las políticas sanitarias, sino por el conjunto de las estrategias desplegadas en los gobiernos del Frente Amplio, que trabajaron en los determinantes sociales de la salud, en incidir sobre las condiciones de vida y apelar a una atención integral centrada en prevención, promoción, asistencia y rehabilitación.

Con respecto a la reducción de la mortalidad materna, sin fallecimientos entre las mujeres que optan por una interrupción voluntaria del embarazo, el ministro sostuvo que Uruguay es el país con el menor indicador al respecto de América.

Con referencia al embarazo adolescente no deseado, Uruguay rompió con 10 años sin poder bajar ese indicador, que es el resultado de vulnerabilidades, abuso y falta de derechos, que reproducen la pobreza. En ese proceso, se pudo pasar del 16,4% al 11,3%, lo cual es reconocido en el mundo como un fenómeno especialmente destacado de la reforma sanitaria. “Ese era un dato inaceptable y logramos bajarlo”, afirmó Basso.

La principal causa de muerte en el país siguen siendo las enfermedades cardiovasculares, aunque se logró disminuir un 24% esos fallecimientos desde 2004 y un 46% los ocurridos por afecciones cerebrovasculares en igual lapso. “Eso fue porque hubo una planificación por cada institución y porque implementamos políticas preventivas como las antitabaco”, repasó Basso, en alusión a las medidas lideradas por el presidente, Tabaré Vázquez.

La prevalencia del tabaquismo bajó del 32,5% de la población al 19%, lo que impactó directamente en el desarrollo de ese tipo de enfermedades.

Además, en estos tres períodos de gobierno frenteamplista bajó la mortalidad por cáncer. En estos 15 años se consiguió bajar en 4,2% la mortalidad por cáncer en los hombres y un 3% en las mujeres, asociado esto a las políticas antitabaco, pro alimentación saludable y actividad física, indicó el ministro.

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